Ilustración de Walter Molino, Italia, 1915-1997. Quiero hablar de la entrega que hacemos de nuestros hijos a los medios de difusión, quienes nos van demostrando cada día la capacidad de formación (o deformación) que poseen. Previo,quiero reflexionar brevemente en algo. Nada fácil es el tema de criar. En sí las relaciones humanas son complejas, y su condicionante cultural más. Con todo el peso ideológico e histórico que arrastra (y que hoy se construye deconstruyendo) algo de su cotidianidad nos da comodidad. Nos sentimos confortados al depositar a los hijos en la escuela o maternal para poder cumplir con la rutina laboral, y hogareña. O al menos estamos forzados a ese confort. Ojo, es una "necesidad" cuestionable. La misma dinámica nos ha envuelto en esta relación en la que nuestros muchachos tienen 7 horas para la escuela, 9 horas para dormir, 3 o 4 horas para la tv, internet, videojuegos, estar con sus vecinos, amigos, etc, 2 horas para hacer tareas, y unas 2 horas más para
Es poesía, y a veces prosa, que me vincula, me conecta, que expresa y comunica con libertad, respeto y creatividad. Plasma como hermoso lo que tiene (y lo que no tiene) forma en el caos del descompuesto pero batallante gen humano. Es poesía porque acepta. Acepta para avanzar y no para conformarse. Es voluntad porque me coloca en perspectiva con el dolor y la alegría, me dice que aún el sol alumbra a justos e injustos, y que cada instante es un mago que me pare al porvenir para avanzar una milla más, un paso a la vez, desde el Caribe, hasta la Costanera. Ventanal . Hubo un día en que me empezaron a gustar las ventanas Miré a través de sus marcos y penetré al vacío. Mis ojos se llenaron de astillas. No sabía usar su enorme orificio. Hurgar y juzgarel exterior era tentador. Pero el fin me asechaba. Quite la astilla y la viga, y con toda la llama de una ceguera milagrosamente sanada, el objeto era dejar que la libertad me mirara. Chancera, soplaba tertulias, des