A finales del año 2011, con la colaboración de muchos compañeros y compañeras con extraordinarias capacidades, logré dirigir un proyecto editorial para la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de Los Andes en Mérida, Venezuela. La intención que sustentaba este Periódico era dejar un antecedente del contexto en el que estábamos inmersos como estudiantes que hacíamos vida activa en la política estudiantil. El producto fue lo que a continuación pueden leer en el sitio Issuu.
Ilustración de Walter Molino, Italia, 1915-1997. Quiero hablar de la entrega que hacemos de nuestros hijos a los medios de difusión, quienes nos van demostrando cada día la capacidad de formación (o deformación) que poseen. Previo,quiero reflexionar brevemente en algo. Nada fácil es el tema de criar. En sí las relaciones humanas son complejas, y su condicionante cultural más. Con todo el peso ideológico e histórico que arrastra (y que hoy se construye deconstruyendo) algo de su cotidianidad nos da comodidad. Nos sentimos confortados al depositar a los hijos en la escuela o maternal para poder cumplir con la rutina laboral, y hogareña. O al menos estamos forzados a ese confort. Ojo, es una "necesidad" cuestionable. La misma dinámica nos ha envuelto en esta relación en la que nuestros muchachos tienen 7 horas para la escuela, 9 horas para dormir, 3 o 4 horas para la tv, internet, videojuegos, estar con sus vecinos, amigos, etc, 2 horas para hacer tareas, y unas 2 horas más para...
Son la 1:28 am y aquí sigo en mi afán de estudiante de no dejar de trasnocharme entre libros y café. Por casualidad me consigo con este blog y me trae muchos recuerdos de nuestro paso por la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, de los sueños y aspiraciones de aquellos días, que aunque no fue hace mucho tiempo, en este país se han convertido en siglos y, teniendo la oportunidad de mantenerme en el ámbito universitario, puedo dar fe de los cambios tan rotundos que ha enfrentado nuestra universidad y nuestra facultad, cada vez más solitaria, en particular de aquellos jóvenes que con poco dinero pero mucho talento (como el creador del Parlante y de este blog) se atrevían a luchar por una meta, por un deseo, el deseo de ser universitarios, de abrir su mente a conocimiento, al pensamiento critico, al deseo de dejar de ser pobres, no solo económicamente sino también intelectualmente.
ResponderEliminarUn saludo amigo, hoy más que nunca a los universitarios nos hace falta un parlante para que se nos escuche bien fuerte.